viernes, 22 de diciembre de 2017

John Williams - STAR WARS: THE LAST JEDI


1. Main Title and Escape (7:25)
2. Ach-To Island (4:22)
3. Revisiting Snoke (3:28)
4. The Supremacy (4:00)
5. Fun with Finn and Rose (2:33)
6. Old Friends (4:28)
7. The Rebellion Is Reborn (3:59)
8. Lesson One (2:09)
9. Canto Bight (2:37)
10. Who Are You? (3:04)
11. The Fathiers (2:42)
12. The Cave (2:59)
13. The Sacred Jedi Texts (3:32)
14. A New Alliance (3:13)
15. "Chrome Dome" (2:01)
16. The Battle of Crait (6:47)
17. The Spark (3:35)
18. The Last Jedi (3:03)
19. Peace and Purpose (3:06)
20. Finale (8:28)

Cuidado: la siguiente reseña contiene información relevante sobre el argumento de la película.

Quienes amamos el universo musical de Star Wars (yo me considero incluso más fan de las BSOs que de las propias películas) tenemos que estar francamente contentos de que el ritmo de estrenos por parte de Disney/Lucasfilm se haya vuelto muy intenso en estos años. Cada dos años hay en cines un episodio numerado, y en los años que quedan en medio se estrena una película ambientada en el universo de la saga. Es una buena noticia el que -hasta ahora- el componente musical de la franquicia siga siendo impecable. Michael Giacchino nos ofreció algo realmente acertado en la anterior Rogue One (2016), pero lógicamente es el Maestro quien sigue vertebrando el grueso de la galaxia lucasiana.

Portada de la edición japonesa.

No voy a copiar la crítica elogiosa que han publicado en BSO Spirit, pero me tomaré la libertad de repetir el que allí subrayan como principal defecto en la banda sonora de Los últimos Jedi (The Last Jedi, 2017): que John Williams (de 85 años) no sea inmortal. Eso no significa que en el futuro, cuando este señor falte, Star Wars deje de tener una música estupenda. Pero mientras siga en activo, no hay sustituto posible para él.

El propio Williams admitía en el intervalo entre El despertar de la Fuerza y esta última entrega que no estaba seguro de querer seguir atado a la saga, para admitir a continuación que tampoco quiere ver a otro músico metiendo mano en su personal buque insignia. Tal vez por este comprensible hartazgo personal de Williams se explica el sutil cambio de enfoque de The Last Jedi. En realidad, la propia película es un muy loable intento de refrescar una mitología ya bastante acartonada, a pesar de que una buena parte del fandom no haya querido asumir lo necesario de esta revolución. Hay toda una guerra en redes sociales entre quienes opinamos que la película (con sus defectos) ha sido una agradable sorpresa, y quienes están demasiado preocupados por esta o aquella línea del guión que rompe sus esquemas. Bien es cierto que en una memorable escena de Los últimos Jedi, el mismísimo maestro Yoda prende fuego literalmente al canon sacrosanto, representado por unos libracos polvorientos, los "textos sagrados Jedi".

Tráiler en español.

Como decíamos, John Williams se apunta a la revolución con una partitura que nace directamente de la forma en que el director Rian Johnson planifica muchas escenas, esto es, tomando la propia música como referencia para montar las secuencias. Al parecer, Johnson utilizó una banda sonora provisional a base de piezas de películas anteriores ensambladas a lo basto, y después dio a Williams libertad para componer piezas incidentales que guiarían el montaje, convirtiendo al músico en prácticamente un co-guionista. 

Interesante vídeo explicativo sobre el método de Williams.

Por eso hay una impresionante perfección formal en escenas como la lucha en solitario de Poe Dameron contra una enorme nave de la Primera Orden (Main Title and Escape), el ataque a la nave de Leía en The Supremacy o la batalla final (The Battle of Crait). La forma en que suena este nuevo trabajo de Williams en sus momentos más intensos es fabulosa, y como ejemplo basta con irse al potentísimo tema in crescendo del tramo final de The Spark ("La chispa"), épico, grandiosamente minimalista y muy novedoso.

The Spark

En general, esta banda sonora me recuerda a la de El retorno del Jedi al ceder el peso de la composición a las piezas de acción por encima de los temazos para concierto. Pero haberlos haylos, sobre todo el corte titulado The Rebellion Is Reborn ("La rebelión renace"), muy interesante pese a que es obra del Williams de los últimos años, más rico que nunca en las orquestaciones gracias a la ayuda de William Ross, pero algo desestructurado en las melodías, no tan "cantabiles" como antaño. En realidad, la melodía más prominente de este corte es el leitmotiv compuesto para Rose, el nuevo personaje que acompaña a Finn en su trama secundaria. No es tan absolutamente perfecto como aquel Rey's Theme de The Force Awakens, pero se queda cerca gracias a su aura dulce y luminosa. En todo caso, y a pesar de que el personaje no es demasiado trascendental, el tema suena después en cortes como Fun with Finn and Rose o el Finale.

The Rebellion Is Reborn

Williams hace las delicias del oyente con su natural facilidad para integrar piezas nuevas y antiguas en esta totalidad tan abigarrada de referencias por todos conocidas, desde el tema de la Fuerza, el de Yoda y el de la princesa Leia, hasta los más recientes para la Resistencia, Rey, Snoke y Kylo Ren. Emociona especialmente la combinación del tema de Leia y Han Solo con el de Luke y Leia en la ya mencionada The Spark. Se trata de dos temas más o menos parecidos, uno amoroso y el otro fraternal, que parecen haber nacido hace treinta y tantos años para sonar pegaditos aquí y ahora, en una escena memorable con los envejecidos hermanos Skywalker reencontrándose en pantalla por última vez. Para ser justos, aquel Luke and Leia tiene más peso aquí que en El retorno del Jedi, donde en teoría era el tema estrella.

En The Sacred Jedi Texts suena Yoda's Theme.

Y el maestro también añade pequeñas y grandes sorpresas en el álbum, casi como si fuesen eso que hoy llaman "huevos de Pascua" ("Easter eggs"). Aparte del ya mencionado Yoda's Theme, hay una breve pero exquisita versión al piano del tema de Leia correspondiente a la dedicatoria a Carrie Fisher en los créditos finales, e incluso un pedazo de Here They Come! (de la Star Wars primigenia) en la misma suite. Lo más bello del Finale, pese a ser un instante discretísimo, es la utilización de la fanfarria principal de la saga, por primera vez casi desde 1977, como el tema personal del héroe Luke Skywalker. No es toda la larga pieza final tan fluida y armoniosa como la del filme anterior, pero su estructura algo retorcida le aporta mucho interés.

Finale

Para pieza original a nivel de todo el álbum, no obstante, ahí queda el divertido tema del planeta-casino Canto Bight, que es algo parecido al Cantina Band de toda la vida, pero en clave de calipso y samba. Los créditos del álbum reconocen la presencia en Canto Bight del tema Aquarela Do Brasil de Ary Barroso.

Canto Bight

Imagino que me he dejado fuera algún detalle importante, pero creo que he escrito suficiente para despertar el interés del melómano de a pie. Me queda recordar que, tal como ocurrió con El despertar de la Fuerza, la BSO de Los últimos Jedi será promocionada por Disney para la próxima edición de los Oscars, por lo que casi con toda seguridad circulará en algún momento por la web la versión "For your consideration" del álbum, una edición exclusiva y retocada que se envía a los académicos de Hollywood para su evaluación.

Portada de la edición FYC de El despertar de la Fuerza.

En la de The Force Awakens hubo más de diez minutos de música no incluida en el CD oficial, cosa que podría volver a suceder esta vez. También es probable que Walt Disney Records regale su versión digital, como hizo con la película anterior. Son tantos los millones de coleccionistas de Star Wars y John Williams que el ofrecer su música gratuitamente (The Last Jedi ya está al completo en YouTube y Spotify) no les hará perder un céntimo porque compraremos el CD sí o sí. 

Si fuera horroroso lo compraría igualmente, pero por suerte resulta que es una maravilla. Otra vez.

2 comentarios:

José Ramón dijo...

La banda sonora me parece tan buena como todas. Lo que me toca las narices es ese temita de música brasileña. Supongo que tendrá una explicación cuando vea la película. Si que echo de menos más temás cantabiles como comentas.

Guillermo (Atreus) dijo...

El tema de los temas "silbables" de Williams no nace de una incapacidad por su parte, sino de un cambio de estilo, simple y llanamente. Ni mejor, ni peor. Yo lo prefiero así, ya que de esa manera las escuchas se convierten en más estimulantes que la mera escucha de temas tarareables con patrón fácil y reconocible.

Muy buena reseña, como siempre, Conde. Yo no consigo dar crédito desde que escuché este disco. Ya durante la película me había parecido que el acompañamiento musical sonaba soberbio, pero nada me había preparado a que Williams, con su edad, consiga superar con creces la calidad de su música para TFA.

Sinceramente, no sé de qué leches está hecho este (super)hombre...

Saludos.

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